El luto humano, José Revueltas

José Revueltas explora en "El luto humano" las diversas formas de encarar la muerte. Más allá de la pregunta compleja de "¿qué se siente morir?", Revueltas desarrolla los pensamientos de quienes ven de cerca el final de su vida: el miedo que antecede al último aliento, el que acapara la mente durante los últimos segundos, en los que ya nada te puede librar de la tumba.

Y ahora yo, una inocente pero bien parecida pierna mutilada, te pregunto: ¿cómo te gustaría llegar a ese último instante?

Está el que vive en negación y, aunque se encuentre solo y su barco se hunda en medio del océano, todavía cree que hay salvación. El que no deja de repetir que aún le queda mucho por vivir. El que le agradece al cielo, o a lo que sea que está arriba, que su vida al fin se acabe. El que se resigna con la consciencia tranquila. El que todavía pretende quedar bien con su amor imposible. El que pierde la razón, el que se queda dormido, el que está borracho, el que intenta embriagarse cuanto antes, en fin, las posibilidades son infinitas, pero el final siempre será el mismo.

Para desmenuzar el tema, Revueltas desarrolló una metáfora: la vida como un naufragio. Uno que te deja sobre una tabla de madera podrida, con decenas de buitres encima volando en círculos a la espera de que te canses y no puedas defenderte.

La vida así es para José Revueltas en "El luto humano". Vivir significa sobrevivir. Al primer descuido la muerte caerá en picada sobre de ti. Un ave de rapiña atacará directo a tus ojos hasta poner al descubierto sus cuencas. Luego se ensañará con tu estómago hasta regar intestinos, tripas y órganos. Lo mismo que le hacen los gusanos a los cadáveres debajo de la tierra, pero más aparatoso. Al aire libre y a la vista de todos.

José Revueltas terminó de escribir esta joya de novela a los 28 años, libro considerado por este trozo de carne sangrante una obra maestra, un festín imperdible que nos regaló el mítico autor mexicano.