Elizabeth
Elizabeth tenía el don de viajar entre sueños.
Al cerrar se podía meter a la cabeza de alguien más y vivir ahí.
La curiosidad la obligó a explorar más lejos, poco a poco llegó a nuevas mentes sin pedir permiso para entrar en ellas.
Hay sueños que nunca debieron de haber sido soñados y secretos que nunca debieron de haber sido contados.
Elizabeth encontró la depresión en un cerebro ajeno y se ahogó en una ola de mar negro que nunca la volvió a dejar salir a respirar.
Ella ya conoce todos los secretos pero no los dirá tan fácil, puedes contarle los tuyos y dejarla soñar tus sueños.