Autopsia: Esta no es una canción de amor
Temía volver al anfiteatro y abrir el segundo cuerpo que había enviado Editorial Paraíso Perdido; seguía ahí, solo en una bolsa negra sin que yo me acercara a él, y es que en el fondo yo sabía a quién pertenecía.
Una noche con lluvia me armé de valor y bajé. Abrí el cierre y vi ahí el rostro de una chica muy parecida a mí físicamente y de edad, al menos se parece a mi lado humano...se veía dormida, no muerta, la saqué de la bolsa y comencé la autopsia.
Abrí su boca y tomé de ahí un papel, era una lista, estaba dividida en 2 columnas:
Columna derecha: Primeras veces
Columna izquierda: Últimas veces
Ella había llegado a la Morgue con sus mayores tesoros: sus recuerdos.
El lugar se llenaba de nostalgia así que puse play a un playlist de Garbage mientras abrí su cuerpo.
Recorrimos juntas el camino de una chica que pierde a su madre tras ella sentirse invencible e inmortal y de ahí vimos cómo la historia se tornaba oscura y caminaba por un trayecto donde nadie parecía realmente entenderla.
Al tocar su estómago la vi sentada en un desayuno familiar de domingo junto a todos los niños ajenos ya que ella "no tenía a su propia familia", cuando abrí sus piernas vi los recorridos en bicicleta a ensayar con una banda de covers que tiene el mejor nombre para la gente que se atreve a decir lo que piensa: Los Incómodos. He de admitir que me sentí algo celosa de no pertenecer a ese grupo, pero no permití que eso detuviera mi autopsia.
Sabía que tenía que llegar a su corazón, removerlo, pesarlo y examinarlo, pero ahí es donde estaba guardado el recuerdo de su madre, esas ganas de mantenerla viva para que ella le diera motivos para vivir...el hecho de hacerlo rompía mi corazón, pero lo hice con el mayor cuidado que pude.
Coloqué el corazón en un frasco y lo vi palpitar lentamente, algo en esta autopsia lo hacía sentir de nuevo en casa.
Al pasar por sus manos reí montones al ver un mundo donde todos aquellos que tengan acceso a Twitter tendrán derecho a expresar su opinión y a su vez destruir a todos aquellos que se encuentren a su paso, mismo derecho que claro...todos ocupan. El mundo es un lugar muy hostil...afortunadamente tenemos a Los Incómodos...
Llegábamos al final de la autopsia y la tristeza me empezaba a consumir, pocas autopsias me habían costado tanto trabajo, ¿es acaso que todas las ideas que constituían a esta chica se estaban reflejando en mí o es que realmente ella hablaba por todos al anunciar que los años felices se están agotando y pronto los recordaremos menos...?
No tuve respuesta, pero cerré su cuerpo con un hilo delgado y ahora yo metí la lista de últimas y primeras veces en mi boca para comenzar así una propia.
La lista marca los días que hemos vivido pero también nos recuerda lo efímera que es nuestra vida, pueden ser listas, bolsas que vayan aumentando su peso o sólo un registro mental...sin embargo, cada canción nueva que escuchamos nos recuerda que ya tenemos suficientes canciones de amor y que en la vida, posiblemente ya hemos hecho todo...
Al finalizar el procedimiento cubrí su cuerpo con flores del jardín, la llevé al sol, traté de revivirla, le pedí que me contara más historias sobre cómo el mundo es un eterno martes sin sentido, pero ella guardó silencio a mi lado.
Afortunadamente el libro continúa escribiéndose solo y continúa contando anécdotas de bares para treintañeros nostálgicos y sobre bandas de covers que dan su vida entera por un sueño.
Encuentra el libro aquí: https://editorialparaisoperdido.com/libro/esto-no-es-una-cancion-de-amor/
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