Dochera, Edmundo Paz Soldán

Abrí la bolsa negra de plástico y ahí estaba el cadáver de Benjamín Laredo. Revisé la etiqueta que colocó la doctora en su pie y, para mi sorpresa, leí que aquel pobre tipo había fallecido hacía apenas doce horas.

No lo podía creer.

A juzgar por el aspecto de sus rasgos faciales, y por el color grisáceo de su piel, con tonalidades en morado en ciertos lugares, el cuerpo de ese señor ya llevaba por lo menos una semana sin vida.

La expresión de enojo que había en su boca fue lo peor. Desde ese día no he podido dormir. Ni yo, que soy una pierna cercenada de marinero loco, pero valiente, pude reprimir mi reacción de horror ante tal espectáculo.

Acomodé su lengua para que no se saliera, lo maquillé y le cerré los ojos. Al arreglar el extraño traje gris que llevaba puesto, uno roto y de medidas desiguales en cada manga, encontré en la bolsa interior un ejemplar del cuento Dochera.

Para mi sorpresa el texto, obra del escritor boliviano Edmundo Paz Soldán, narra la historia del propio Benjamín Laredo y de su obsesión por los crucigramas y por una extraña mujer con un mechón blanco.

Al leer el cuento corroboré que el cuerpo que tenía ante mí en la plancha era el de Benjamín. La descripción de su atuendo y de su tétrica apariencia me lo confirmaron.

El cuento es un retrato íntimo. Está elaborado con descripciones muy bellas, en un lenguaje a veces poético, que contrasta con lo oscuro y deprimente de su protagonista.

La manera en la que Edmundo Paz Soldán te guía en su cuento a través de la obsesión de Benjamín Laredo por los crucigramas es una experiencia increíble. El mundo del protagonista colapsa cuando otra obsesión llega a su vida, la de la mujer del mechón blanco.

Dos obsesiones así, dentro de un personaje lúgubre, sólo pueden llevar a la locura.

Dochera, de Edmundo Paz Soldán, obtuvo el Premio Nacional de Cuento Juan Rulfo en 2017, Lo puedes encontrar en la colección Vientos del pueblo, del Fondo de Cultura Económica.