EL ROMPECABEZAS
Vino a visitarme Mercedes, una mujer cuyo marido estaba denunciado como extraviado.
La historia que me contó, junto con un pedido, fue bastante perturbadora.
_Acá tengo los ahorros de toda mi vida, para cumplir con la última petición de mi
esposo, Gregorio.
´´Él era infiel, y yo lo sabía. No me importaba mucho, a esas alturas, pero lo que
deseaba con toda mi alma era tener un bebé.
´´Se negaba con las excusas más variopintas. Yo tenía colocado un DIU, a pedido
suyo.
´´Como me venía engañando hacía años, no tuve reparos en hacerle trampa también:
Me hice sacar el dispositivo, y casi inmediatamente, quedé embarazada.
´´Las malas lenguas, que nunca faltan, me informaron que su actual amante estaba
esperando mellizos de Gregorio.
Me indigné absolutamente. Tanto tiempo privándome de la posibilidad de ser
madre, y él haciendo hijos por ahí.
´´Con mucha ira en mi interior, le conté de mi embarazo.
´´El miserable se enfureció y me levantó la mano. Tomándome del pelo me dijo que
me practicara un aborto, que nunca se haría cargo de un niño con mis genes de bruja.
´´Con una helada calma, le dije que sí, que buscaba la cartera, y me ocuparía de eso.
´´Lo que busqué fue un hacha entre sus herramientas. Debería haberle sacado una
foto: impagable la expresión de pavor y sorpresa en su miserable cara.
´´No sé de donde me salieron fuerzas, pero el punto es que, con cada golpe de hacha,
le hacía volar un pedazo cercenado de su cuerpo. Gritó como un cerdo en el
matadero, pero nadie indagó nada, acostumbrados los vecinos a nuestras discusiones
constantes.
´´Cuando finalmente colapsó, la habitación parecía un matadero. Hasta en el techo
había sangre y pedazos de carne pegados, colgando.
´´No terminó allí mi furia. Lo seguí cortando en trocitos, y los puse en una carretilla
de albañil.
´´Hice el recorrido por todas las casas de las amantes que había tenido durante
nuestro horrible matrimonio, y dejé un pedazo de él en las puertas de cada una.
´´Hablé con el ex marido de una de estas señoras. Es abogado penalista, y me aseguró
que, si confesaba, lograría que caratularan mi accionar como emoción violenta, más
aún porque Gregorio me engañaba, y me quería obligar a abortar. Mi abogado es el
esposo de la mujer que espera mellizos. La dejó no bien comunicó las ´´buenas
nuevas´´ al marido: el hombre tenía hecha una vasectomía, lo que nunca comentó.
´´Sé que tomará la defensa muy en serio. Lo ve como una forma de venganza, y yo no
tendría problemas de ir a la cárcel, con la enorme satisfacción de haber carneado a ese
malnacido, pero quiero que mi bebé tenga una vida plena y normal, disfrutando del
amor de su madre.
´´Aclarado esto, voy al punto de lo que me importa: el imbécil de Gregorio creía que
para descansar en paz necesitaba un velatorio con toda pompa. Siempre que salía el tema
de la muerte, repetía eso.
´´Ya se me fue el odio que cargaba encima por su egoísmo y maldad. Quiero cumplir
su último deseo.
´´No va a ser fácil, Edgard. Tendrá que armar a Gregorio como a un rompecabezas
de carne y hueso, y esmerarse si falta algún pedacito. Estaba cegada por la ira cuando
lo trocé. Confío en su reputación. El comisario me espera afuera. Le conté todo, así
que me envió con usted, antes de comenzar mi prisión domiciliaria.
´´Me dijo que es un artista en el tema. Creo totalmente en su pericia.
´´Pido disculpas de antemano. Cuando junten todos los trozos de Gregorio, se los
traerán para que lo ensamble, y sus innumerables ´´viudas´´ lo despidan.
´´Me pidió el comisario que le diga que una vez concluidos los peritajes forenses,
le traería el hacha para su colección, ya que al confesar yo, el caso está más que claro.
No bien terminó su elocución, y me entregó el dinero, se retiró luego de darme un apretón cordial de manos. Se la veía muy feliz, tranquila y realizada.
En unas horas me traerán el rompecabezas humano, y el hacha, que tendrá un lugar en los estantes de mi querida colección.
Nunca, amigos, se metan con los sentimientos de una madre. Pueden tolerar muchas cosas, pero jamás dejarán que lastimen a sus hijos.
Gregorio lo aprendió de muy mala manera…
Quedan cordialmente invitados a La Morgue, si quieren ver cómo me las arreglo para componer el cadáver destrozado, y escuchar las historias de mi colección.
Edgard, el coleccionista
@NMarmor

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